En Copenhague las expectativas eran muy altas y en Cancún las expectativas eran mucho más realistas, resultado de lo cual fue que la evaluación de Copenhague fue muy negativa y, en cambio, la de Cancún, tanto por los que han participado como por los medios de comunicación, en general, ha sido muy positiva.
In Kopenhagen waren die Erwartungen sehr hoch, und in Cancún waren die Erwartungen sehr viel realistischer, weswegen die Bewertung von Kopenhagen sehr negativ ausfiel, während die Bewertung von Cancún sowohl von den Teilnehmern als auch von den Medien allgemein sehr positiv ausgefallen ist.